Con la mirada fija,perdida,
recibe al sol en sus arrugas.
Sentada en el viejo porche
de maderas ajadas y secas.
Esperar...ya nada espera.
Una banqueta de un tronco
anclada en la tierra vieja.
A alguien que pasa saluda,
Y sus tardes son eternas.
Ese hijo que no vuelve,
es hija que se aleja.
Cansada,en paz y sola..
la vieja nunca se queja.
Vive de sus recuerdos.
Con sus flores se recrea.
Sabe que un dia de estos
la que se irá será ella.
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