No escucho el revoloteo de tus alas.
Ni su brillo iluminar mi rostro esta noche,ese nacar que solo ellas desprenden.
Escucho como bailan las hojas con el viento.
Los sonidos se agolpan en mi mente y no te escucho.
Quedas tan lejano que el temor me atormenta mientras el sueño me vence.
Y en ese sueño quiero ver tus alas brillar.
Envolverme en tu abrazo.
Sentir la calidez de tus manos rodeando mi cuerpo exausto.
Que me protejas de las sombras de la soledad
¡ Ay noche gélida que mi fortaleza avate !