Desde mis ventanas,unas ventanas abiertas al viento...
él ,penetrante y bravo hacía crujir los muros.
No olía a la tierra mojada en otoño,ni al frescor de los campos.
Sólo se percibía el edor de la derrota, del miedo.
Sin esperanza de lucha,sin reto.
Era el vencedor, el mas temido y fuerte.
Ni siquiera podía cerrar las ventanas
para que no se metiera dentro.
Y me dejé llevar,esperando a que calmara su íra,
a que agotara sus fuerzas.
Ese era mi escudo,mi treta, mi defensa.
Y así con calma... calmar su rabia.
Se arremolinó a mi alrededor,
se metió en mi aliento pero no logró atfixiarme
porque yo también soy aire,soy viento.
Le dejé pasar para después..dejarle marchar de nuevo.
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